Sarah Mey

Pues señores, hoy me ha dado por escribir como si fuese un hombre y se lo dedicase a una mujer. Ahí os lo dejo. Muchos besos.

Quien puede hablarme de distancia si no te ha tenido a centímetros de su cuerpo y no ha podido tocarte.

Quien puede hablarme de lluvia y de cómo huele la hierba si no conocen tu olor a libertad y a vida.

Dime quien es capaz de hablarme de tiempo si no se ha perdido en tu sonrisa como un tonto.

Cuéntame una historia en la que me haya quedado embobado mirando como la cuentas, y como sonríes cuando lees algo que te hace gracia y se me queda la vida sin segundos mientras me contagio con tu sonrisa. Aunque ni tan siquiera esté prestando atención al libro que estés leyéndome, porque quien puede hablar de voces que absorben si no han escuchado la tuya al tiempo que te burlas de mi.

Quien conoce el significado de un abrazo sino ha sentido tus manos suaves y tus uñas mordidas arañando su espalda para luego abrazarle.

Cuéntale un cuento al miedo y hasta él se convertirá en poesía al ver como mueves los labios y te los muerdes lentamente tras hacerlo.

Dile a esa persona que se queda embobado viendo como te peinas el cabello y luego quitas disimuladamente los pelos que se te han caído de él, que deje de mirarte. Que aunque quiera plasmarte en un cuadro o en una simple fotografía nadie será capaz de averiguar todo lo que yo veo en un solo lunar tuyo.

O en la comisura de tus labios y esas pestañas que disimulan miradas sabiondas o enfadadas con el mundo porque a veces no te da la razón. Que en ese momento yo le agradezco a todo el universo porque alguien te haya cabreado para poder hacerte soltarlo todo con mis tonterías para luego reír como si tuviésemos cuatro años o como si fuésemos hasta el cuello de alguna sustancia que no te llega ni a la planta de los pies.

Eres como la magia en todas y cada una de sus expresiones.

Eres la magia del enfado, del llanto, de la alegría desmesurada, de la pasión, de la inocencia, de la dulzura, del cosmos y del universo juntos.

Todo amor mio, todo eso, desemboca en ti, así que, que me cuente a mi alguien que es el amor sino tú, cuando bailas como una loca al lado de la luz del refrigerador simplemente porque has escuchado de fondo en la televisión una de tus canciones favoritas. Cuéntame el secreto para que no se me muevan los pies tras de ti.

Dime si hay algo que pueda hacer para no caer perdidamente aún mas enamorado de lo que ya estoy de ti. Solo, como si fueses la musa de toda mi inspiración, cuéntame una vida juntos y un segundo bastará para que la haga realidad.