Sarah Mey

Que dicen mis ganas que vengas a morderlas. Que dicen mis sueños que quieren bailar con los tuyos.

Esta noche.

A ser posible.

Que digo yo que para qué tanta palabrería cuando lo único que me importa es que vuelvas a despertarme eso que llevo dentro con tu mirada.

Que dicen mis ojos que los dejes brillar, y mi nariz que la beses, como solo tú sabes hacerlo. Dicen mis manos que vengas a su encuentro, que no se sienten solas ni tampoco te necesitan, pero extrañan el roce de tu piel y la electricidad que desprendes.

Que digo que te vayas y que me dejes aquí, completamente mia, en calma y orgullosa de ello, pero no te digo lo que no te deja de decir mi cuerpo cada vez que nos encontramos, que vuelvas.

No hace falta que te lo diga. Tú lo sabes. Yo lo se. Y tu quieres volver y siempre lo haces. Y yo te dejo, al igual que hay veces en las que soy yo la que me voy. Sin esperar a que me entiendas y sin ganas de explicarme, pero luego vuelvo y siempre estás.

Estás tú, tu forma de ser y yo. Como si mi yo ocupara mas lugar que todo lo que somos o seremos, como si tu forma de ser no se muriese por abrazarme, tambien con la s. Como si yo no quisiese que lo hicieras. Mentiría si dijese que no. Pero lo hago y tu sonries, porque sabes la verdad.

La verdad detrás de cada palabra. La diferencia entre lo que decimos y lo que queremos decir.

El ello, el yo y el superyo.

Que nadie es indispensable pero me gusta esa pizca de locura que le das a mi vida. Como si fueses el cocinero de algo exquisito, o eso dicen por ahi.