Autora de novela juvenil y new adult
No dejes de hacerlo.
No. No lo hagas.
Aunque sientas que el mundo se te cae encima, que se te escapa la vida a través de momentos que tan solo logras imaginar, aunque hagas todo lo que está en tu mano y las cosas sigan torcidas, nunca dejes de hacerlo.
Sonríe.
Una simple sonrisa puede cambiarlo todo.
Puede cambiar un momento, una hora, o incluso tu vida entera.
No dejes de sonreír.
Hay uno que otro recuerdo, que al pasar los años, sabes que hubiera sido mejor sonreír en vez de centralizar el momento en la tristeza, o cualquier otro sentimiento áspero. Lo que dices me recordó a la frase de Gabriel García Márquez (exagerando un poco la idea): «Nunca dejes de sonreír, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quien se pueda enamorar de tu sonrisa».
Tienes razón, y la frase es preciosa. Un abrazo!!
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Sarah Mey 
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