Agárralo con fuerza, como si te diese rabia. Sin dejarlo escapar como esa bruja que no dejaba salir a dos niños de su casa de caramelos y dulces. Siéntelo y hazlo tuyo. Rápido y lento a la vez. Como dice esa canción, despacito. Despacito pero sin pausa. Anótalo en tu cabeza, en tus venas, tal vez en un papel o un planner, pero no dejes escapar esa idea sin haberla convertido en un objetivo.
Deja un comentario